de regreso

Salgo muy temprano rumbo al centro, son las 7 am, es casi invierno (invierno es introspección), aun es de noche y la ciudad silenciosa y solitaria me invita a respirarla, los perros callejeros se acurrucan buscando calor y solo me acompañan los pocos desvelados del turno matutino. El aire frío de la mañana me despabila, el silencio y la soledad me dejan disfrutar de esta sensación intima de volver a casa. 

Ya estoy en camino y de a poco amanece, quiero parar, bajarme, respirar otra vez el aire frío, contemplar detenidamente esa luz y las sombras que proyecta, pero la combi sigue avanzando en la ruta como acostumbrada al recorrido que repite todos los días desde hace ya muchos años. En medio del trance de la contemplación saco la cámara, apenas tengo segundos para calibrarla antes de disparar... 

y disparo casi a ciegas...